Uno de los casos más emblemáticos con los que trabajamos, porque refleja una realidad frecuente en muchas PyMEs: productos excelentes, hechos con pasión y oficio, pero mal representados.
Cuando el valor no se percibe, las ventas también se pierden.
La distancia entre calidad y percepción
El producto era artesanal, cuidado y delicioso. Pero su presentación no lograba transmitirlo. Un envase genérico, funcional, resolvía lo básico, pero dejaba invisible todo lo que detrás: el oficio, la calidad y la experiencia real de Frost.
La marca no estaba fallando en lo que hacía, sino en cómo era percibida.
Desde el principio entendimos que no se trataba de un rediseño, sino de un salto de categoría
Este proyecto pidió desde el comienzo ir al corazón del producto. Conocerlo desde su elaboración, entender las materias primas, los tiempos, la dedicación y la pasión que hay detrás de cada pieza.
Frost no pedía sobreactuación ni artificio, sino una mirada comprometida, capaz de traducir ese valor artesanal en una experiencia clara, honesta y a la altura de su calidad.
La clave estaba en traducir el corazón del producto en experiencia
El análisis partió de una idea simple: si el producto era especial, el envase debía anticipar esa experiencia.
Trabajamos sobre la noción de ritual, entendiendo que el packaging no solo debía contener, sino preparar el momento.
Cada decisión —materiales, forma, textura y sistema gráfico— buscó comunicar la realidad de calidad y transformar un gesto cotidiano en algo memorable.
Logramos un packaging único en su categoria
El resultado fue un packaging que transformó por completo la percepción del producto.
Frost dejó de ser solo algo rico para convertirse en una experiencia deseable desde el primer contacto. El nuevo envase jerarquiza la propuesta, refuerza su carácter premium y convierte cada compra en un pequeño ritual.
Sin cambiar el producto, la marca dio un salto de categoría y ganó una presencia distintiva, sólida y memorable.
«Science fiction is any idea that occurs in the head and doesn’t exist yet, but soon will, and will change everything for everybody, and nothing will ever be the same again. As soon as you have an idea that changes some small part of the world.»
RAY BRADBURY - CEO de Rasti
La diferencia entre vender un producto y construir una experiencia
Este proyecto es emblemático para Audaz porque muestra cómo el método, el análisis riguroso y el trabajo en profundidad pueden generar transformaciones reales.
A partir de una mirada estratégica y una ejecución cuidada, el producto pasó de ser invisible a ocupar un lugar protagónico en heladeras y mostradores, triplicando sus ventas.
El nuevo envase despertó visibilidad y deseo, permitió que muchos consumidores descubrieran Frost por primera vez y dio lugar a un sistema versátil —con ediciones individuales y familiares— coherente, sólido y memorable.
Detrás de cada evolución, hay siempre un acto Audaz.
Animate a darle a tu marca el poder de lo que representa